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San Agustín

respondemos, no por otro motivo, sino porque usa de ella con nosotros. ¿Y quién es tan benigno para con todos? «El mismo que hace que cada dia salga el sol para los buenos y para los malos, y que llueva sobre los justos y los pecadores.» (1) Porque aunque es cierto que al gunos, meditando atentamente sobre este punto, se arrepentirán y enmendarán de su pecado, otros, como dice el Apóstol (2), «no haciendo caso del inmenso tesoro de la divina bondad y paciencia con que los espera, se acumulan con la dureza y obstinación incorregible de su corazón, el tesoro de la divina ira, la cual se les manifestará en aquel tremendo día, cuando vendrá airado á juzgar el justo Juez, el cual compensará á cada uno—según las obras que hubiere hecho.» Con todo, hemos de entender que la paciencia de Dios respecto de los malos es para convidarlos á la penitencia, dándoles tiempo para su conversión; y au azote y penalidades con que afiige á los justos, es para enseñarles á tener sufrimiento, y que su recompensa sea digna de mayor premio. Demás de esto, la misericordia de Dios usa de su benignidad con los buenos para regalarlos después y conducirlos á la posesión de los bienes celestiales; y su severidad y justicia usa de su rigor con los malos para castigarlos como merecen, pues es innegable que el Omnipotente tiene aparejados en la otra vida á los jusposición de los 70, que el psalmo 88 habla de los hijos de David, esto es, de los buenos, parece no puede entenderas de los malos é ingrats á los beneficios de Dios; pero el santo doctorsatisface á esta objeción en el contexto del capítulo; reflexionese con atención, (1) S. Matth., cap. V. Qui quotidie facit oriri solem suum super bonos, et malon, et pluit super justos et injustos, (2) S. Paul, ad Rom., o. II. Divitias bonitatis, et longanimitatis Dei contemnentes, secundum duritiam cordis sui et cor impenitens thesaurizant sibi iram in die iræ, et revelationis justi judicii Dei, qui reddel unicuique secundum opera ejus.