Página:La ciudad de Dios - Tomo I.pdf/379

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
361
La ciudad de Dios

▸ LA CIUDAD DE DIOS 364 donde tuvo origen asimismo la otra ficción, por la cual se supone que estando ocioso sin tener en qué entender el sacristán de Hércules, jugó á solas consigo á los dados con una y otra mano alternativamente, poniendo en la una á Hércules y en la otra á si propio, con condición que si él ganaba, del dinero perteneciente al tesoro del templo había de aparejar la cena y traer una afecta suya con quien dormir; pero si ganaba Hércules, esto mismo de su dinero lo proveería por complacer y divertir á Hércules; mas habiendo ganado el sacristán, como si Hércules fuera el victorioso, le dio la cena que había dispuesto y una hermosísima cortesana llamada Laurentina, quien, durmiendo en el templo, vió en sueños cómo Hércules se acostó con ella y la dijo que cuando se ausentase de allí hallaría en poder del primer mancebo que encontrase la recompensa de su trabajo, y que creyese asimismo que ésta se la hacía Hércules; despedida en esta conformidad, el primero que encontró fué á Tarucio, joven poderoso, el cual, enamorado de su beldad, la tuvo mucho tiempo en su poder, y habiendo muerto la nombró por su heredera; habiendo adquirido con este título Laurentina una suma crecida de dinero, por no parecer desagradecida al beneficio divino, y pareciéndola que un donativo era lo más acepto á los dioses, declaró también por su heredero al pueblo romano; mas no pareciendo después, y hallándose su testamento, por este suceso raro, dicen, mereció la colocasen entre los dioses. Si semejante patraña la fingieran los poetas; si la preguntaran los mimos, sin duda dijeran pertenecía á la teología fabulosa, y que era razón distinguirla y diferenciarla de la dignidad y decoro de la civil; pero si estas ignominias, no de los poetas, sino del pueblo; no de los mimos, sino de los sa cerdotes; no de los teatros, sino de los templos; quiero decir, no de la teología fabulosa, sino de la civil, las re-