Página:La ciudad de Dios - Tomo I.pdf/382

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
364
San Agustín

rrígenas é hijos de la tierra, así como la tierra es su madre; pero en la verdadera teología, la tierra es obra de Dios y no madre; con todo, como quiera que interpreten sus sacramentos y los refferan á la naturaleza de las cosas, el padecer los hombres accidentes peculiares a las mujeres no es según el orden de lo naural, sino contra todas sus comunes operaciones. Esta dolencia, este crimen, esta ignominia es la que se practica entre aquellos sacramentos, lo que en las corruptas costumbres de los hombres apenas se confiesa en los tormentos; y si estos sacramentos, que, según se demuestra, son más abominables que las torpezas escénicas, se excusan y purgan porque tienen sus interpretaciones, con las que se manifesta que significan la naturaleza de las cosas, ¿por qué no se excusarán y purificarán asimismo los poéticos? Mediante á que ellos han interpretado muchas cosas de la misma manera, y esto de forma que lo más horrible y abominable que cuentan como de que Saturno se comió á aus hijos, lo exponen algunos; así que todo cuanto el dilatado transcurso del tiempo, significado por el nombre de Saturno, engendra, él mismo lo consume. Ó como piensa el mismo Varrón, porque Saturno pertenece á las semillas, las cuales vuelven á caer en la misma tierra de donde derivan su origen, y otros de otra manera, y así lo demás concerniente al asunto;y con todo ello, se llama teología fabulosa, á la cual con todas éstas sus interpretaciones reprenden, desechan y condenan; y por que ha fingido acciones impropias del carácter de los dioses, no sólo con razón la diferencia de la natural, que es propia de filósofos, sino también de la civil, de que tratamos, de la que dicen que pertenece á las ciudades y al pueblo: lo cual ha sido con esta disposición y fin; porque como los hombres ingeniosos y doctos que escriben de estas materias observaron que ambas teologías eran dignas