Página:La ciudad de Dios - Tomo I.pdf/385

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
367
La ciudad de Dios

y que el religioso sólo los respeta como á padres, y no los teme como á enemigos: añadiendo que todos son tan buenos, que les es más fácil el perdonar á los culpados que el ofender al inocente? Con todo, refiere que á la mujer parida, despues del parto la ponen tres dio ses de centinuela, para que de noche no entre el dios Silvano y la cause alguna molestia; que para significar estos guardas, tres hombres por la noche visitan y rondan los umbrales de la casa, y que primeramente hieren el umbral con una hacha, después le golpean con mazo ó mano de mortero, y, por último, le barren con unas escobas, á efecto de que con estos símbolos de la labranza y cultivo se prohiba la entrada al dios Silvano, mediante á que no se cortan ni se podan los árboles sin hierro, ni el farro se hace sin el mazo con que le deshacen, ni el grano de las mieses se junta sin las escobas, y que de estas tres cosas tomaron sus nombres tres dioses: Intercidona, de la intercisión ó del partir de la bacha, Pilumno, del Pilon ó mazo; Deverra, de las escobas, para que con el amparo de estos dioses la parida estuviese segura é indemne contra las furiosas invasiones del dios Silvano; y así contra la fuerza y rigor de un dios injurioso y malo, no aprovechara la guarda de los buenos, si no fueran muchos contra uno, y contrastaran al áspero, horrendo, inculto y en realidad silvestre, como con sus contrarios, con los símbolos de la labranza y cultivo. ¿Es esta, pregunto, la inocencia de los diosee, esta la concordia? ¿Son estos los dioses saludables de las ciudades, más dignos ciertamente de befa y risa que los escarnios de los poetas y teatros? Cuando se une en matrimonio el hombre y la mujer, llaman en su favor al dios Yugatino; pase esta necedad en hora buena; cuando conducen á su casa á la desposada, llaman al dios Domiduco, y para que persevere en ella, llaman al dios Domicio; para que se quede con su marido, aña-