Página:La ciudad de Dios - Tomo I.pdf/46

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
28
San Agustín

tal por los fatales accidentes que ordinariamente acaecen, los cuales, en vida, pudieron transferir á manos de aquel Señor que recompensa con muchos acrecentaraientos cualquiera acción benéfica que ejercita el hombre. Los que no se separaron de los divinos consejos de Jesucristo, que en boca de San Mateo (1) nos dice: «No queráis congregar tesoros en la tierra, adonde la polilla y el moho los corrompen, y adonde los ladrones los caban y hurtan, sino atesoraos los tesoros en el Cielo, adonde no llega el ladrón ni la polilla lo corrompe, porque adonde estuviere vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón.» En el tiempo de la tribulación y de las calamidades experimentaron con cuánta discreción operaron en no haber desechado el consejo del Divino Maestro, fidelísimo custodio y dispensador del tesoro que tiene preparado á los justos en la celestial patria. Pero si algunos se lisonjearon de haber tenido guardadas sus riquezas adonde por acaso sucedió que no llegase el enemigo, ¿con cuánta más certidumbre y seguridad pudieron alegrarse los que, por consejo de su Dios, transfirieron sus haberes al lugar donde de ningún modo podía penetrar todo el poder del vencedor?

Y así nuestro Paulino, Obispo de Nola, que de un hombre poderoso se hizo voluntariamente pobre cuando los godos destruyeron la ciudad de Nola, estando en sn poder (según que luego lo supimos por él mismo) hacía oración á Dios con el mayor fervor, suplicándole su piedad por estas enérgicas expresiones: «Señor, no pa dezca yo vejaciones por el oro ni por la plata, porque vos sabéis donde está toda mi hacienda.» Y estas pa(1) San Math., cap. IV. Nolite condere vobis in terra thesauros ubi tinea et rubigo exterminant, et ubi fures effodiunt, et furantur.

Sed thesaurizate vobis in cælo thesauros, quo fur non accedit, neque tinea corrumpit. Ubi enem est thesaurus tuus, ibi erit, et cor tuum.