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La ciudad de Dios

ra, y porque aquellas naturalezas están en la cumbre de la bienaventuranza, y éstas están en lo más despreciable de la miseria: aquí advierto relacionadas tres cosas contrarias á las dos partes extremas de la naturaleza de los animales, esto es, de la suma y de la infima: pues las insinuadas tres circunstancias loables y buenas que propuso acerca de los dioses, las vuelve á repetir aunque con diferentes términos, de manera que coteja las de los hombres con otras tres contrarias: las tres de los dioses son estas: la altura del lugar, la perpetuidad de la vida y la perfección de la naturaleza. Estas las volvió a repetir con diferentes palabras, oponiéndolas otras tres contrarias á la condicion humana: porque es tan grande, dice, el espacio y distancia que divide las moradas sumas de las ínfimas, pues había dicho la altura del lugar y la vivacidad, que añade allá es eterna é indeficiente y acá caduca y perecedera, mediante á que había dicho la perpetuidad de la vida, y dice que aquellas naturalezas están en la cumbre de la bienaventuranza, y éstas en lo más ínfimo de la miseria: pues había dicho la perfección de la naturaleza. Tres cosas sentó como inconcurso sobre los dioses, que son la sublimidad del lugar, la eternidad, la bienaventuranza, y de los hombres otras tres contrarias á éstas, que son el lugar infimo, la mortalidad y la miseria. Entre estas tres particularidades de los dioses y de los hombres, porque en medio colocó á los demonios, no hay controvereia sobre el lugar, pues entre lo más alto y lo más bajo, muy bien viene y se dice el lugar medio. Restan las otras dos, que será razón examinemos con alguna mayor diligencia, indagando si es cierto, que ó no les convienen á los demonios, ó que se les deben acomodar y distribuir como parece que lo pide la medianía, y es innegable que no pueden dejar de convenir á los demonios: pues no.como decimos que el lugar medio ni es el 1