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La ciudad de Dios

hombres que obtenían el lugar más humilde, ó de una miseria mortal, ó de una mortalidad miserable, y los demonios, que están en medio, ó de una eternidad miserable, ó de una eterna miseria. Con las cinco cualidades que describió en la definición de los demonios, todavía no probó que eran medíos, como lo prometía, pues dijo que en tres cosas convenían con nosotros, en ser animales en el género, en el entendimiento racionales y en el ánimo pasivos, y con los dioses en una, que consistía en ser eternos en tiempo, y asimismo que tenían una propia, que era ser aéreos en el cuerpo. ¿Cómo, pues, serán medios, si en una cualidad convienen con los sumos, y en tres con los ínfimos? ¿Quién no advierte cuánto se inclinan y deprimen á los ínfimos pasando de la medianía? Sin embargo, pueden hallarse allí realmente medios, de modo que tengan una propia y peculiar, que es el cuerpo aéreo, como también los sumos é ínfimos tienen otra propia suya, los dioses cuerpo etéreo y los hombres terreno, y que las dos son comunes á todos, que es que en el género sean animales y y en el ánimo racionales: porque hablando éste autor de los dioses y de los hombres, tenéis, dice, dos especíes de animales, y estos autores no suelen llamar á los dioses sino racionales en el alma: dos cosas restan, que son: ser pasivos en el ánimo y eternos en el tiempo.

En una de éstas convienen con los ínfimos, y en la otra con los sumos, para que ajustada la medianía con cierta proporción, ni se sleve á lo sumo, ni se incline ni nbata á lo ínfimo; y esta es aquella miserable eternidad ó eterna miseria de los demonios, en atención á que quien los llamó pasivos en el ánimo, los llamará asimismo miserables, si no le dominara el pudor por respeto á sus adoradores: y supuesto que según lo confiesan estos mismos filósofos, se gobierna el mundo con la providencia del sumo Dios y no por caso fortuito, jamás