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La ciudad de Dios

creen mejor que los demonios son contaminados por los hombres, que no que los hombres se purifiquen por los demonios, y que los mismos dioses se pudieran contaminar, si no los defendiera la elevación del lugar: y ¿quién es tan estúpido que asienta á que pueda purificarse por esta vía, cuando enseñan que los hombres son los que contaminan, los demonios los contaminados, y los dioses contaminables; y no elija antes el camino por donde se evite la concurrencia de los demonios que nos contaminan más, y por donde los hombres se purgan de la contaminación con la gracia de Dios inmutable, para venir á ser y gozar de la purísima compañía de los ángeles incontaminados?



CAPÍTULO XIX

Que ya el nombre de demonios entre sus mismos adoradores no se usa para significar cosa alguna buena.


Mas porque no se crea que nosotros alteramos igualmente el genuino sentido de las voces, por cuanto algunos de estos demonícolas, por decirlo así, cuyo asecla es también Labeón, dice que otros llaman ángeles á los mismos que ellos llaman demonios, me parece que el asunto me convida ya á que diga alguna cosa de los ángeles buenos, los cuales no niegan éstos que los hay; sin embargo, gustan más llamarlos demonios buenos, que ángeles; pero nosotros, conforme al estilo de la sagrada Escritura, bajo cuya creencia somos cristianos, leemos que los ángeles son en parte buenos y parte malos, mas los demonios nunca son buenos; y en en cualquier lugar que en la divina Escritura se halla este nombre, que en latin dicen Dæmones ó Dæmonia, no se A