Página:La ciudad de Dios - Tomo II.pdf/199

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
197
La ciudad de Dios

sin duda que toda esta ciudad redimida, esto es, la congregación y sociedad de los santos llega á ser un sacrificio universal que ofrece á Dios aquel gran sacerdote que se ofreció en la pasión como cruenta víctima por nuestra redención, para que fuésemos nosotros el cuerpo de una tan excelsa cabeza, tomando para consumar esta ilustre obrala humilde forma de siervo, porque ésta fué la que ofreció el Señor, en ésta fué ofrecido, según ella es medianero, en esta es sacerdote, en esta sacrificio incruento. Así que habiéndonos exhortado el apóstol á que ofrezcamos en holocausto nuestros cuerpos como hostia viva, santa, inmaculada, agradable á Dios, como un sacrificio racional, y que no nos conformemos con las prácticas reprensibles de este siglo, sino que nos reformemos interiormente y volvamos á tomar la forma y hermosura de nuestro espíritu, para que con sentidos perspicaces, sano juicio y discreción, notemos y echemos de ver lo que quiere Dios que ejecutemos, esto es, lo que es bueno, lo que es aceptable y perfecto ante su Divina Majestad, supuesto que en realidad de verdad nosotros somos este sacrificio, nos dice despuésel mismo Dios por el insinuado apóstol estas palabras (1): «por la gracia que Dios me ha dado, os encargo generalmente á todos que no presumáis de vosotros más de lo que conviene, despreciando á los otros, antes sí sienta cada uno de sí con templanza y modestia, según la porción de dones que le hubiere repartido el Señor, (1) San Pablo, ep. á los romanos, cap. XII: Dico enim per gratiam Dei, quae data est mihi, omnibus qui sunt in vobis, non plus sapere, quam oportet sapere sed sapere ad temperantiam, sieut inicuique Deus partitus est fidei mensuram: sicut enim in uno corpore multa membra habemus, omnia autem membra non eosdem actus habent, ita multi unum corpus sumua in Christo, singuli autem alter alterius membra, habentes dona diversa secundum gratiam quæ data est nobis.