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San Agustín

porque así como este cuerpo visible, aunque es uno, está compuesto de muchos miembros, y no todos tienen un mismo oficio, así la multitud de los fieles vienen á constituir un cuerpo en Jesucristo, y cada uno es miembro del otro, teniendo diferentes dones, según la gracia que Dios nos ha repartido». Este es el sacrificio de los cristianos, formando nosotros siendo muchos en número un cuerpo en Jesucristo, lo cual frecuenta la Iglesia en la celebración del augusto sacramento del altar que usan los fieles, en el cual la demuestran que en la oblación y sacrificio que ofrece, ella misma se ofrece.

SAN AGUSTÍN



CAPÍTULO VII

Que el amor que nos tienen los ángeles santos es de tal conformidad, que no gustan de que los adoremos, sino á un sólo Dios verdadero.


Con justa razón los inmortales y bienaventurados que habitan en las moradas celestiales y gozan de la participación y visión clara de su Criador, con cuya eternidad están firmes, con cuya verdad ciertos, y con cuya gracia son santos, porque llenos de misericordia nos aman á los mortales y miserables para que seamos inmortales y bienaventurados, no quieren que les ofrezcamos sacrificios, sino á Aquel cuyo sacrificio saben que son tambien ellos juntamente con nosotros; pues juntamente con ellos somos una Ciudad de Dios, con quien hablando el real profeta dice (1): «Cosas ilustres y glo.riosas están profetizadas de ti, Ciudad de Dios»: y una parte de ella, que está en nosotros, anda peregrinando, (1) Salmo 86. Gloriosa dicta sunt de te, Civitas Dei.