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San Agustín

enviado por justo castigo de sus pecados serpientes que apenas les mordían morían, levantando en un leño una serpiente de metal, y mirándola quedaron sanos, asi para con esta figura socorrer al pueblo afligido como para figurar con la semejanza de una muerte casi crucificada, la muerte que destruyó Cristo con la suya; la cual serpiente, habiéndose guardado en memoria de este beneficio, y comenzando después el pueblo ignorante á adorarla como ídolo, el rey Ezequías, sirviendo á Dios como príncipe religioso, le hizo pedazos con grande gloria de su celo y religión?



CAPÍTULO IX

De las artes ilícitas que se usan en el culto de los demonios, de las cuales, disputando el platónico Porfirio, parece que aprue.


ba á veces algunas, y que de otras duda y casi las reprueba.

Estas y otras maravillas semejantes, que sería demasiada prolijidad el referirlas, se hacían para establecer el culto del verdadero Dios y prohibir el de los dioses falsos, las cuales se ejecutaban con una fe aencilla y confianza en Dios, no con encantamientos ni fórmulas verbales, compuestas conforme al arte de su nefaria curiosidad: á la que ó llaman mágica, ó con otro nombre más abominable goecia, ó con otro más honroso theurgia. Los que pretenden distinguir estas ridiculeces, quieren dar á entender que de los que se entregan al estudio de las artes ilícitas, unos son reprensibles, cuales son los que el vulgo llama maléficos ó hechiceros, porque estos dicen que pertenecen á la goecia, y otros, másloables, á quienes atribuyen la theurgia, siendo indubitable que unos y otros están sujetos y dedi-