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San Agustín

diligencia y exactitud que exigían sus facultades intelectuales? Mas tú aprendiste esta doctrina errónes, no de Platón, sino de tus maestros los caldeos, colocando y elevando los humanos vicios sobre las alturas etéreas y aun sobre las empíreas y sobre el firmamento del cielo, para que así puedan vuestros dioses pronunciar y patentizar los arcanos divinos á los theurgos; y, sin embargo, te haces superior á las inteligencias divinas sólo por el privilegio que gozas de lograr la vida intelectual; de tal conformidad, que, efectivamente, no te parecen necesarias para tu uso, como filósofo, las purificaciones del arte theúrgica, y, con todo, las persuades á otros, como para recompensar con esta satisfacción á tus maestros, induciendo engañosamente á los que son incapaces de filosofar, á adoptar máximas que confiesas son inútiles para ti, como capaz de superiores inteligencias, con el ánimo de que cuantos estuvieren extrañados ó alejados y no fueren capaces de penetrar y abrazar la virtud de la filosofía, que es muy ardua y dificultosa y adaptable á muy pocos, acuden con tu autoridad y dictamen á los theúrgicos para que los purifiquen, si no en el alma intelectual, á lo menos en el alma espiritual. Y por cuanto sin comparación es mayor el número de los que no gustan ni se aplican á filosofar, acuden muchos más á tus secretos é ilícitos preceptores que a las escuelas de Platón, porque esta fué la promesa que te hicieron los inmundos é infernales espíritus, fingiéndose dioses etéreos, cuyo predicador, panegirista y ángel te has constituído, diciendo que los purificados en el alma espiritual por las operaciones del arte theúrgico, aunque no vuelvan al padre, con todo, habitarán con los dioses etéreos sobre las regiones aéreas. No escucha ni admite estas falsas insinuaciones la congregación de los fieles, á quienes vino á libertar de la pesada servidumbre y tiranía del demo-