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San Agustín

estando como están purificados sobremanera, y siendo tan sabios no habían de saberlo, y creyendo lo falso habían de ser bienaventurados? Lo cual, si es un notable absurdo y desvarío el pronunciarlo, seguramente que debe preferirse la opinión de Porfirio á la de los que imaginaron los círculos y revoluciones de las almas con la perpetua alternativa de la bienaventuranza y de la miseria; y si es cierto, ved aquí cómo un platónico disiente de Platón, sintiendo con más cordura; ved aquí cómo observó éste lo que el otro no advirtió, y, sin embargo de ser un maestro tan afamado como literato, no rehusó corregir su dictamen, anteponiendo la verdad al respeto debido á la persona; en estas circunstancias, ¿por qué causa no creemos antes á Dios sobre las cosas que no podemos penetrar ni rastrear con las lucesdel humano ingenio, diciéndonos el mismo filósofo que aun la misma alma no es coeterna á Dios, sino que fué criada la que no tenía antes ser? Porque para no querer creer esto los platónicos, les parecía que tenían una causa idónea y suficiente, diciendo que lo que no había sido antes en todos los tiempos, después no podía ser sempiterno, aunque del mundo y de los dioses, que escribe Platón haber criado Dios en el mundo, diga expresamente que comenzaron á ser, que tuvieron principio y sin embargo no han de tener fin, sino que afirma que por la poderosa voluntad de su Criador han de permanecer para siempre; pero como entienden muy bien esta frase, la declaran diciendo que esa principio no es de tiempo, sino de substitución, porque así como (dicen ellos) si un pie estuviese desde la eternidad siempre en el polvo, en todos los tiempos estaría bajo su estampa y pisada, la cual pisada, sin embargo, ninguno podría dudar en que la hizo el que pisa, ni lo uno sería primero que lo otro, aunque lo uno fuese formado por el otro! asi (dicen) también el mundo y los dioses que SAN AGUSTIN I