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San Agustín

también los futuros, de los cuales vemos muchos cumplidos, y los que restan esperamos también sin duda que se cumplirán? Porque no puede Porfirio ni otros cualesquiera platónicos, aun por lo respectivo á este camino, despreciar la adivinación ó predicción como cosas terrenas, y que pertenecen á esta vida mortal, como con razón lo practican en otros vaticinios y en las predicaciones de cualesquiera asuntos y artes: pues aseguran que estas adivinaciones no fueron de hombres ilustrados, ó que no debe hacerse mérito de ellas, y dicen bien: mediante á que se efectúan, ó por el conocimiento que se tiene de las causas inferiores, así como por el arte de la medicína, por medio de algunas señales antecedentes se pronostican varios aucesos que han de sobrevenir al enfermo; ó los espíritus inmundos adivinan las cosas que tienen ya trazadas y dispuestas, y en los corazones y gustos de los impíos hacen que á lo hecho cuadre y corresponda lo dicho, ó á lo dicho lo hecho, para adquirir de algún modo derecho y acción en la imbécil materia de la humana fragilidad: pero los varones santos que se dirigieron por este camino general, por donde se libran las almas, no procuraron profetizar semejantes sucesos como grandes, aunque no los ignorasen y los dijesen muchas veces para hacerlos creer que no debía estimarse ni dar á entender el sentido humano, ni hacer después con facilidad la experiencia de elloa: pero las otras obras eran verdaderamente grandes y divinas, las cuales, según que se les permitía, conocida la divina voluntad, las anunciaron que habían de suceder: porque la venida de Jesucristo hecho hombre, y todo lo que por este gran Señor claramente sucedió, y se cumplió en su nombre, la penitencia de los hombres y la conversión de sus voluntades á Dios, la remisión de los pecados y la gracia de la justicia, la fe de los piadoos y justsos, y la multitud que por