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San Agustín

explicar de dónde le sobrevino y sucedió la nueva miBeria que jamás tuvo antes eternamente, porque si dijeren que hubo en todos tiempos alternativa entre su miseria y bienaventuranza, es necesario que digan también que siempre se habrá de alternar, de que deducirán un absurdo, que aun cuando digan que es bienaventurada en esto, á lo menos no lo será si antevé su futura miseria y torpeza, y si no la prevé ni piensa que ha de ser torpe y miserable, sino siempre bienaventurada, con falsa opinión es bienaventurada, que no puede decirse expresión más idiota. Y si imaginan que por infinitos siglos atrás hubo siempre alternativa entre la bienaventuranza y la miseria del alma, pero que desde ahora para en adelante, habiéndose ya libertado, no volverá á la miseria, con todo, confesarán por necesidad que nunca fué verdaderamente bienaventurada, sino que en adelante principia á serlo con una nueva y no engañosa bienaventuranza, y, por consiguiente, han de decir que le sucede algún nuevo suceso, y esto cosa grande y famosa, la que nunca jamás eternamente por lo pasado le sucedió. Y si negaren que la causa de esta novedad estuvo en el eterno consejo de Dios, negarán también con esto que es el autor de su bienaventuranza, que es una impiedad abominable. Y si dijeren que él, con nuevo acuerdo, trazó que para en adelante el alma para siempre fuese bienaventurada, ¿cómo demostrarán que en Dios no hay aquella mutabilidad, que es también contra la opinión de ellos? Y si confiesan que fué criada en tiempo, pero que en lo sucesivo en ningún tiempo ha de perecer, como aquella que tiene verdadero principio y no tiene fin, y que por eso, habiendo una vez experimentado la miseria, si se librase de ella nunca jamás vendrá á ser miserable, por lo menos no pondrán duda en que esto se hace, quedando en su constancia la inmutabilidad del consejo de Dios. Así, pues,