lación se lo certifique el que no á todos da parte de este sublime arcano por sus justos y secretos juicios, aunque é ninguno engaña? Así que por lo perteneciente al gusto y deleite del bien presente, más bienaventurado era el primer hombre en el Paraíso que cualquier justo existente en esta humana carne mortal: pero por lo respectivo á la esperanza del bien futuro, cualquiera que sabe con evidencia, no con opinión, sino con verdad cierta é infalible que ha de tener y gozar sin fin, libre de toda molestia, de la amable compañía de los ángeles en la participación del sumo Dios, es más bienaventurado con cualesquiera aflicciones y tormentos del cuerpo que lo era aquel hombre estando incierto de su caída en aquella grande felicidad del Paraíso.
CAPÍTULO XIII
Por lo cual, podrá cualquiera fácilmente echar de ver que de lo uno y de lo otro resulta juntamente la bienaventuranza que con recto propósito desea la naturaleza intelectual, esto es, gozar del bien inmutable y eterno, que es Dios, sin ninguna molestia, y de que ha de perseverar en él para siempre, ni duda alguna le suspenda, ni error alguno le engañe: de ésta piadosamente creemos que gozan los ángeles de luz, y que ésta no la tuvieron antes que cayesen los ángeles pecadores que por su malicia fueron privados de aquela luz, lo colegimos por consecuencia; con todo, se debe