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San Agustín

monio: «Esta es la primera ó principal criatura (1) que hizo el Señor para que se burlasen de él aus ángeles»».

Con lo que parece concuerda la expresión del real Profeta cuando dice (2): «Este dragón que formaste para que se burlen de él». Se debe entender de tal modo, que creamos que así le crió desde el principio, para que los ángeles se burlasen de él, aunque después de cometido su execrable crimen, le ordenó Dios este castigo. Su principio es ser figmento y hechura del Señor, pues no hay naturaleza alguna, aun entre las más viles y des preciables sabandijas del mundo, que no la haya criado y formado aquel Señor de quien procede toda formación, toda especie y hermosura, todo el orden de las cosas, sin el cual no puede hallarse ó imaginarse cosa alguna criada, cuanto más la criatura angélica que en dignidad de naturaleza excede á todas las demás que Dios crió.



CAPÍTULO XVI

De los grados y diferencias de las criaturas, cómo de una manera se estiman respecto del provecho y utilidad, y de otra respecto del orden de la razón.


Por cuanto las que son de cualquiera especie, y no son lo mismo que es Dios, por quien fueron criadas, se anteponen y aventajan las vivientes á las no vivientes, como también las que tienen facultad de engendrar ó apetecer á las que carecen de este movimiento, y en las que viven se anteponen las que sienten á las que no (1) Job, cap. XL. Vulgo habemus; ipse est principium viarum Domini. Nes legimus, quod fecit ad illudondum angelis uis, sed haec ex interpretatione Septuaginta.

(2) Salmo CIII. Draco hic, quem finristi ad illudendum ei.