Página:La ciudad de Dios - Tomo II.pdf/308

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
306
San Agustín

mas no lo aprende. Platon se atrevió á decir aun más, que se llenó Dios de gozo luego que acabó de ejecutar la admirable obra de la Creación del Mundo: de cuya doctrina no hemos de inferir que procedía con tanta ignorancia que entendiese que se le había acrecentado á Dios alguna bienaventuranza con la novedad de suf obra, sino que quiso manifestar con este su sentir que agradó á su artífice lo mismo que había hecho, como le había complacido en el arte lo que había de hacer, no porque en modo alguno haya variedad en la ciencia de Dios, de suerte que sean diferentes en ella las cosas que aun no son de las que ya son y las que ya fueren: en atención á que no de la misma manera que nosotros prevee Dios lo que ha de ser ó ve lo presente, ó mira lo pasado, sino con otra muy diferente de la que acostumbran nuestros discursos y pensamientos, por cuanto el Señor no ve, discurriendo de uno en otro, mudando el pensamiento, sino totalmente de un modo inmutable: de forma que entre las cosas que se hacen temporalmente, las futuras aún no son, las presentes ya son y las pasadas ya no son; pero Dios todas las comprende con una estable y eterna presciencia, no de una manera con los ojos y de otra con el entendimiento, porque no consta de alma y cuerpo, y tampoco las comprende de un modo ahora y de otro después, pues su ciencia no se muda, como la nuestra, con la variedad del presente, pretérito y futuro: «en quien no hay mudanza ni sombra alguna de vicisitud», porque su conocimiento no discucurre de pensamiento en pensamiento, á cuya vista incorpórea están patentes y presentes juntamente todas las cosas que conoce, pues así comprende los tiempos sin ningunas temporales nociones, como mueve las cosas temporales sin ningunas mudanzas temporales suyas. Así que entonces vió que era bueno lo que hizo, cuando vió que era bueno para hacerlo; y no porque lo: