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La ciudad de Dios

311cosas buenas, sino porque se corrigieran y reprimieran las malas. De este error con razón culpan y reprenden á Orígenes, porque en los libros que él intitula Periarcon, ó de los Principios, esto mismo sintió, esto escribió; examinando esta obra me lleno de admiración al observar que una persona tan docta y ejercitada en la literatura eclesiástica, no advirtiese lo primero cuán contrario era este dictamen á la intención de la Sagrada Escritura, obra tan admirable y de tanta autoridad, que, concluyendo la relación de todas las obras de Dios, et vidit Deus quia bonum est, «y vió Dios que era bueno»», é infiriendo después de haberlas concluido todas: et vi dit Deus quæ fecit, et erant valdé bona, «y vió Dios todas las cosas que hizo, y eran por extremo buenas», no quiso que se entendiese otra causa de la creación del mundo, sino la de que hizo cosas buenas Dios bueno: donde se lee que si ninguno pecara, el mundo estuviera adornado y lleno solamente de naturalezas buenas, y no porque sucedió pecar se llenó todo el universo de pecados, supuesto que mucho mayor número de justos conservaron en los cielos el orden de su naturaleza; y la mala voluntad, no porque no quiso guardar el orden de la naturaleza por eso se eximió de las leyes del justo Díos, que ordena y dispone rectamente todas las cosas; porque así como una pintura, colocado en su respectivo lugar el color negro, es hermosa, así el mundo, si uno le pudiese ver, aun con los mismos pecadores es hermoso, aunque éstos, considerados de por sí, los haga torpes y abominables su propia deformidad; lo segundo debiera advertir Orígenes y todos los que esto sienten, que si fuera verdadera la opinión de que el mundo fué criado, porque las almas conforme á los méritos de sus pecados tomaran cuerpos como mazmorras, donde estuviesen encerradas pagando su pena las que pecaronmenos los cuerpos superiores y más ligeros, y las que 3