Página:La ciudad de Dios - Tomo II.pdf/314

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
312
San Agustín

más, los inferiores y más graves, sin duda se seguiría que los demonios, que son lo peor que puede haber, habían de tener cuerpos terrenos, que es lo más inferior y más grave que hay, antes que no los hombres malos: mas para que entendiéramos que los méritos de las almas no deben estimarse por la calidad de los cuerpos, el demonio, que es el peor de todos, tiene cuerpo aéreo, y el hombre, aunque al presente es malo, sin embargo, Bu malicia es mucho menor y menos grave, y por lo menos lo era antes que pecara; no obstante, el hombre, digo, tomó cuerpo de lodo y barro. Y acaso ¿qué mayor desatino puede decirse, que fabricando Dios el sol para que fuese único en el mundo, no atendió su artífice al decoro y ornato de la hermosura, ó al bien y conservación de las cosas corporales, sino que esto acaso sucedió porque un alma pecó, de tal suerte, que mereció que la encerrasen en semejante cuerpo? Y, por consiguiente, ai sucediera que no una, sino dos; y no dos, sino diez ó ciento, pecaran igualmente de una manera, tuviera este mundo cien soles, lo cual, para que no aconteciera, no lo previno la admirable providencia del artífice para la conservación y hermosura de las cosas corporales, sino que aconteció antes, por haber procedido una alma pecundo tanto, que sola ella se hizo digna de tal cuerpo. Y verdaderamente y con justa causase debe reprimir, no el progreso y desmán de las almas, de las cuales no saben lo que dicen, sino de los que sienten semejantea disparates, desviándose tanto de la verdad. Así que cuando en cualquiera criatura se preguntan y consideran las tres cosas que he insinuado, quién la hizo, por qué medio la hizo y por qué la hizo, de conformidad que se responda Dios por el Verbo, y porque es bueno, si en ello con la profundidad del sentido místico se nos intima la misma Trinidad, esto es, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, ó si ocurre al-