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San Agustín

za, la doctrina y el uso: la naturaleza debe atenderse y estimarse según el ingenio, la doctrina según la ciencía, y el uso según el fruto y utilidad. Tampoco ignoro que propiamente el fruto es del que goza y el uso del que usa, en lo cual al parecer se nota esta diferencia, que gozamos de aquella cosa que, no debiéndose referir á otra, ella por sí misma nos deleita, pero usamos de aquella que designadamente buscamos, no por sí, sino por otra: por lo que debemos usar más de las temporales que gozarlas, para que merezcamos gozar de las eternas, no como los ignorantes y los que proceden con error queriendo gozar del dinero y usando de Dios, porque no expenden el dinero por amor de Dios, sino que adoran á Dios por el dinero. Con todo, adoptando el modo de hablar recibido más comúnmente, digo que usamos también del fruto y gozamos del uso, porque ya en un sentido más propio se dicen frutos los del campo, de todos los cuales usamos en la vida presente.

Así que en esta inteligencia llamo yo al uso en las tres circunstancias que advertí debían considerarse en el nombre, que son la naturaleza, la doctrina y el uso: por éstas hallaron los filósofos, como insinué, las tres disciplinas ó ciencias que creyeron necesarias para conseguir la vida bienaventurada, la natural por amor á la naturaleza, la racional por la doctrina y la moral por el uso. Luego si la naturaleza que tenemos la tuviéramos de nosotros mismos, sin duda que nosotros fuéramos también autores de nuestra sabiduría, y no procuráramos alcanzarla por medio de la doctrina, esto es, aprendiéndola de otra parte. Y nuestro amor, procediendo de nosotros y referido á nosotros, bastará para vivir felizmente, sin tener necesidad de otro algún bien para gozarie; pero supuesto que ya nuestra naturaleza, para que tuviese ser y existencia, tiene á Dios por autor y su Criador, sin duda para que sigamos la verdad,