Página:La ciudad de Dios - Tomo II.pdf/95

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
93
La ciudad de Dios

tierra: la tierra era invisible é incompuesta, y había tinieblas sobre el abismo, y el espíritu de Dios se movia sobre las aguas». Y en el Timeo de Platón, que es un libro que escribió sobre la creación del mundo, dice que Dios, en aquella admirable obra, juntó primeramente la tierra y el fuego. Es evidente que al fuego le señala por su centro y verdadero lugar el cielo y á la tierra la misma tierra. Esta expresión que expone, tiene cierta analogía con lo que dice la escritura, que al principio hizo Dios el cielo y la tierra, después los otros dos medios (con cuya interposición pudiesen trabarse y coadunarse entre sí estos extremos) dice que son el agua y el aire: por lo que sospechan que entendió del mismo modo aquella expresión: Spiritus Dei ferebatur super aquas; que el espíritu de Dios se movía sobre las aguas: porque advirtiendo con poca circunspección en qué sentido suele llamar la escritura el espíritu de Dios (supuesto que el aire se dice también espíritu), parece pudo entender que en el citado lugar se hizo mención de los cuatro elementos: y en la misma conformidad cuando insinúa Platón que el filósofo es amante de Dios, no hay objeto que más nos encienda en la lectura de las sagradas letras, especialmente aquella expresión me excita á creer que Platón no dejó de instruirse en los libros, donde se relaciona que el ángel habló en nombre de Dios al santo Moisés, de modo que, preguntándole éste qué nombre tenía el que le mandaba ir á poner en libertad al pueblo bebreo, sacándole de la servidumbre de Egipto, le respondió: «Yo soy el que soy, y dirás á los hijos de Israel: el que es, me envió á vosotros»; como dando á entender que las cosas que son mudables son nada en comparación del que verdaderaterra autem erat invisibilis et incomposila, et tenebræ erant super abyssum, et spiritus Dei ferebatur super aquas.