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La ciudad de Dios

es, según el curso natural, sin milagro ó promesa, de joven y fecunda, y el habido de la mujer libre, fuera del común órden de la naturaleza, nació de vieja y estéril por virtud de la divina promesa, lo cual, fuera de la letra, lo debemos entender en sentido espiritual ó alegóricamente. Veamos, pues, qué nos quieren dar á entender en sentido alegórico las dos madres y los dos hijos; las dos madres, pues, nos significan dos Testamentos y dos Iglesias, el Testamento Viejo y la antigua sinagoga de los judíos, y el Testamento Nuevo y la nueva iglesia; de aquél nació un pueblo sujeto á la servidumbre de la ley, y de éste otro pueblo por la fe de Jesucristo, libre de la carga y peso de la ley: el uno empezó en el monte Sina, que engendra los hijos siervos, que es lo que significa Agar: porque Sina es un monte en Arabia, que confina con la que ahora se llama en la tie rra Jerusalén, porque sirve con todos sus hijos y vecinos; pero la Jerusalén que está en lo alto es la libre, esposa legítima y madre questra, que es lo que nos significa Sara, de la cual estaba profetizado por Isaías, viendo concurrir la multitud de varias gentes y naciones á oir el Evangelio de Jesucristo: alégrate ¡oh Iglesia de las gentes! la que te llamaban ya estéril y que no parías hijos á Dios; prorrumpe en voces de alegría y clama, la que no parías, porque tu Iglesia y congregación de las gentes, que parecía estéril y desamparada por haber dejado á tu Dios; en volviéndote á él has de tener más hijos que la antigua sinagoga, que tenía ley y estaba desposada con ella. Ved aquí dos madres y dos bijos, cabezas de dos gentes y dos pueblos; los que todavía están pertinaces en la ley mosaica, pertenecen á Ismael, habido en la esclava; pero nosotros, hermanos, todos somos hijos de promisión y pertenecemos á Isaac, que nació de la libre, no según el órden de la carne, sino en virtud de la divina promesa. Y más aun