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La ciudad de Dios

pero á los ciudadanos de la ciudad celestial los pare la gracia, libertando á la naturaleza del pecado; y así los unos se llaman vasos de ira, y los otros vasos de misericordia. Esto mismo se nos significa también en los dos hijos de Abraham, que el uno, que es Ismael, nació naturalmente según la carne, de la esclava llamada Agar; pero el otro, que es Isaac, nació milagrosamente, según la divina promesa, de Sara, que era libre. Uno y otro fueron hijos de Abraham; 'pero al uno le engendró el curso ordinario, mostrándonos la naturaleza, y al otro le produjo la promesa, significándonos la gracia: en el uno se manifiesta la costumbre y uso humano, y en el otro se nos recomienda el beneficio divino.



CAPÍTULO III

De la esterilidad de Sara, & la cual hizo fecunda la divina gracia.


Porque Sara era estéril y ain esperanza de tener hijos en el orden fisico y natural. Deseando siquiera tener de su esclava lo que de sí advertía no podía, diósela para este efecto á su marido, de quien había deseado parir y no lo había conseguido. Así que de esta manera pidió el débito á su marido, usando de su derecho en el vientre ajeno. Nació, pues, Ismael como nacen los hombres, mezclándose uno y otro sexo conforme á la ley y curso ordinario de la naturaleza; y por eso dijo la Escritura, según la carne, no porque estos beneficios no sean de Dios, ó porque aquello, esto es, la generación, no lo haga Dios, cuya sabiduría, como insinúa el sagrado texto (1), (1) Sap. cap. VIII Attingit á fine usque ad finem fortiter, et disponit omnia suaviter.