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La ciudad de Dios

texto no deja de decir que procrearon hijos é hijas, por lo que de ningún modo se echa de ver si el que dice que nació fué el primogénito, antes no es creíble que aquellos padres, en una tan adelantada edad, ó no fuesen idóneos para la generación ó careciesen de esposas ó de hijos. Tampoco es presumible que aquellos hijos fuesen los primeros que tuvieron, sino que como el cronista de la Sagrada Escritura procuraba llegar por la sucesión de las generaciones notando los tiempos hasta el nacimiento y vida de Noé, en cuya época sucedió el Diluvio, sólo refirió las generaciones, no las que primero tuvieron sus padres, sino las que vinieron en el catálogo y orden del árbol genealógico.

Y para que esto se vea más claro y ninguno dude que pudo ser lo que digo, quiero poner un ejemplo. Queriendo el evangelista San Mateo poner, para perpetua recordación de los mortales, la estirpe y descendencia de nuestro Señor Jesucristo, según la carne, por el orden y descendencia de sus padres, principiando por su padre Abraham y procurando venir en primer lugar á David, dice: «que Abraham engendró á Isaacs. ¿Por qué no dijo á Ismael, á quién había engendrado primero? Isaac engendró á Jacob. ¿Por qué no dijo á Esaú, que fué el primogénito? Porque por ellos no podía llegar á David; después prosigue: «Jacob engendró á Judas y á sus hermanos». Acaso Judas fué su primogénito? Judas engendró á Phares y á Zaram; tampoco alguno de estos melli—: zos fué primogénito de Judas, sino que antes de ellos había ya tenido otros tres. Así que puso en el orden de las generaciones á aquellos por quienes había de llegar á David, y de allí adonde pretendía, de lo cual puede entenderse que entre los hombres de los primeros siglos, antes del Diluvio, tampoco se refieren los primogénitos, sino aquellos por quienes había de continuarse el orden de las generaciones que sucedieron hasta el patriarca