Página:La ciudad de Dios - Tomo III.pdf/206

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
204
San Agustín

que ver con las profecías de la Iglesis. Porque ¿quién, si no es un insensato ó demente, ha de decir que son libros inútilmente escritos los que se han conservado y custodiado por tan dilatados millares de años con tanta religión, veneración, observancia y puntualidad de una continuada serie y sucesión? O que debe atenderse sólo á la historia, donde á lo menos, omitiendo otras particularidades, si por la multitud de los animales era fuerza que se construyera una arca tan capaz, ¿qué precisión había para que se introdujesen de los animales inmundos dos de cada especie, y siete de los limpios, pudiéndose conservar unos y otros en igual número?

O acaso Dios, que para conservar las especies prescribió que los guardasen, no podía reeriarlos del modo que los crió? Y los que sostienen que nada de esto sucedió, sino que sólo son figuras para significar otras cosas, piensan en primer lugar que no pudo ser tan grande y ruinoso el Diluvio que soprepujase la creciente del agua quince codos las cumbres de los más elevados montes, por causa ó en comparación de la cima del monte Olimpo, sobre el cual dicen que no pueden subir las nubes, porque es tan elevado como el cielo, y de conformidad que no puede experimentarse alli este aire craso y denso donde se engendran los vientos, nieblas y aguas: y no consideran los autores de este argumento que hay allí tierra, que es el más craso de los elementos, á menos que bieguen que sea tierra la cumbre del monte.

Por qué ¿quieren probar que pudo la tierra levantarse hasta los dilatados espacios del cielo y el agua no pudo, afirmando los que miden y ponderan los elementos que el agua es superior y menos pesada que la tierra? ¿Y qué razón es la que dan para que la tierra, que es más grave é inferior, haya llegado y ocupe lugar del cielo más quieto y tranquilo por tantas revoluciones de años, y que al agua, que es más leve y superior, no se