que tiene y á qué fin se reflere. Aquí vemos que nacen algunos hombres con más de cinco dedos en las manos y en los pies, y aunque ésta es una diferencia más ligera que aquélla, con todo, Dios nos libre que haya alguno tan idiota que piense que erró el Criador en el número de los dedos del hombre, aunque no sepa por qué lo hizo. Así, aunque acontezca haber mayor diversidad, el Señor sabe lo que hace, y sus obras, ninguno,con justa razón, puede reprender. En la ciudad de Hipona hay un hombre que tiene los pies en forma de luna, y en cada uno de ellos sólos dos dedos, y de la misma manera las manos. Si hubiera algún pueblo dotado de esta imperfección, le numerarían entre las historias curiosas y admirables. Pregunto, pues: negare mos por esto que desciende este hombre de aquel que erió Dios primeramente? Los andróginos, que llamamos también hermafroditos, aunque son muy raros, no es difícil hallarlos. En ellos se observa uno y otro sexo, de modo que se ignora de cuál de los dos deban tomar su nombre; con todo, ha prevalecido la costumbre y modo de hablar, y lo toman del mejor, esto es, del masculino; porque ninguno los llamó jamás andróginas ó hermafroditas. No hace mucho, porque fué en nuestro tiempo, que hacia la parte Oriental de nuestra África nació un hombre con los miembros superiores doblados y los inferiores sencillos: pues tenía dos cabezas, dos pechos y cuatro manos, un vientre y dos pies, como un hombre solo, y vivió tantos años, que por la fama acudían muchos á verle. ¿Quién bastará á referir todos los partos humanos tan desemejantes y diferentes de aquellos de quienes seguramente nacieron? Así como no puedenegarse que descienden éstos de aquel hombre primero, así también cualesquiera gentes que cuentan que se han descaminado en cierto modo con la diversidad de sus cuerpos del usado curso de la naturaleza, que los
