Página:La ciudad de Dios - Tomo III.pdf/238

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
236
San Agustín

antes del Diluvio había una sola lengua), y, con todo, merecieron perecer todos ellos con el Diluvio, á excepción de una sola familia, la del justo Noé, así cuando Dios castigó las gentes por los méritos de su arrogante impiedad, con la diversidad de lenguas, las dividió y espareió por la tierra. Y cuando la ciudad de los impíos adquirio el nombre de confusión, esto es, se llamó Babilonia, no faltó la casa de Heber, donde se quedó y conservó la lengua que todos usaban antes. Así, pues, como lo referí arriba, comenzando la Escritura á contar los hijos de Sem, de los cuales cada uno de ellos procreó su nación, el primero que cuenta es Heber, siendo su tercer nieto, esto es, siendo el quinto que desciende de él. Porque en la familia de éste quedó esta lengua (habiéndose dividido las demás naciones en otras lenguas, cuyo idioma, con razón se cree que fué común al principio al humano linaje), es por lo que en adelante se llamó hebrea; pues entonces fue necesario distinguirla con nombre propio de las demás lenguas, así como las demás se llamaron también con sus nombres propios; porque cuando sólo había una, no se llamaba sino lengua humana, ó lenguaje, con el cual hablaba todo el linaje humano. Pero dirá alguno: ¿si en los días de Phalee, hijo de Heber, se dividió la tierra por las lenguns, esto es, por los hombres que entonces había en la tierra, se debió llamar de su nombre la lengua que era antes común de todos. Es de saber, sin embargo, que el mismo Heber paso por eso este nombre á su hijo, y le llamó Phalech, que quiere decir división, porque nació cuando se dívidió la tierra por las lenguas, esto es, en su mismo tiempo; de manera que su nombre equivalga á la frase in diebus ejus divisa est terra: «en sus días se dividió la tierra»; porque si no viviera Heber todavía cuando se multiplicaron las lenguas, no se llamara de su nombre la lengua, que pudo perma-