Página:La ciudad de Dios - Tomo III.pdf/255

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
253
La ciudad de Dios

de las cosas humanas, levantarse y originarse entre ellos grandes pesares. Y asi Abraham por evitarlos dijo á Lot: «no baya diferencias ni controversias entre mis pastores y los tuyos, ya que somos deudos y hermanos; ¿Acaso no tienes á tu voluntad y disposición toda la tierra? Separémonos; si tú fueres al extremo siniestro, yo me dirigiré al diestro; y si tu á éste, yo á aquél» (1): de cuyo ejemplo acaso se originó entre los hombres la costumbre pacifica que se observa siempre que han de partir alguna heredad, que el mayor divida y el menor elija,



CAPÍTULO XXI

De la tercera promesa que hizo Dios & Abraham, en que le promete á él y á su descendencia para siempre la tierra de Canaam.


Habiéndose apartado y viviendo cada uno de por sí Abraham y Lot, obligados, más por mantener en paz y buena armonía su familia que por algún desliz ó atentado capaz de asuscitar discordias, y morando Abraham en tierra de Canaam y Lot en Sodoma, tercera vez volvió Dios á hablar á Abraham, y le dijo (2): «levanta los (1) Génesis, cap. XIII. Non sit riva inter me, et te, et inter pastores meos, et pastores tuos, quia homines noe fratres sumus.

Nonne ecce tota terra ante te est? discede á me, ei tu in sinistram, ego in dexteram, vel si in dexteram, ego in sinistram.

(3) Génesis, cap. XIII. Respiciens oculis tuis vide á loco in quo nune tu es,, ad aquilonem, et africum, et orientem et marem, quia omnem terram quam tu vides, tibi dabo, et semini tuo usque in sæculum, et faciam semen tuum, tanquam arenam terræ: si potest aliquis dinumerare arenam terræ, et semen tuum annumerabitur. Surgens, perambula terram in longitudinem ejus, et in latitudinem, quia tibi dabo eam.