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La ciudad de Dios

desde Noé basta Abraham, y desde éste hasta David, el primero que, reprobado Saúl, fué establecido por voluntad del Señor en el reino de la nación israelita, en este tercer orden y catálogo que comprende desde Abraham hasta David, como quien anda en la tercera edad, llegó á su juventud aquel pueblo), ya signifiquen estas . cosas algún otro misterio con más conveniencia, con todo, de ningún modo dudo que en lo que añadió de la tórtola y de la paloma fueron figuras y significaciones espirituales, y que por lo mismo dice la Escritura: «que no dividió las aves», porque los carnales son los que se dividen entre sí; pero los espirituales de ninguna manera, ya se desvien y retiren del trato y comercio negocioso de los hombres, como la tórtola, ya vivan entre ellos, como la paloma. Sin embargo, una y otra ave es simple y nada perjudicial, significándonos también que en el pueblo israelita, á quien había de darse aquella tierra, los hijos de promisión habían de ser individuos, ó sin división, y que, heredando el reino, habían de permanecer en la eterna felicidad; y las aves que bajaban sobre los cuerpos que estaban divididos, no significan cosa buena, sino los espíritus de este aire, que andan en busca de cierto pasto suyo de la división de los carnales; y que se sentó con ellos Abraham, significa que también entre las divisiones de los carnales han de perseverar hasta el fin del siglo los verdaderos fleles: y que al ponerse el sol ocupó á Abraham un pavor y un temor tenebroso y particular, significa que al fin de este siglo ha de haber grande turbación y tribulación de lo fieles, de la cual dite el Señor en el Evangelio: «que habrá entonces una extraordinaria tribulación, cual no la hubo desde el principio». Y lo que dice á Abraham: ten por positivo é indudable que tus descendientes han de peregrinar en tierra ajena, y que los han de poner en servidumbre, y los han afiigir cuatrocientos años,