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La ciudad de Dios

cerá de entre su pueblo, porque infringió mi testamento y pacto», supuesto que con todos pecó él en Adán; porque si dijera: «porque quebrantó este mi pacto», no nos forzara á entenderlo sino de esta circuncisión; pero como no declaró qué pacto violó el niño, nos queda libertad para entender que lo dijo por aquel pacto cuya infracción puede comprender al niño; y si alguno opinare que no se dijo sino por esta circuncisión, porque en ella el niño quebrantó el pacto de Dios, no circuncidándose, busque algún particular modo de hablar con que, sin absurdo, pueda entenderse que por eso se quebrantó el testamento y pacto. Pues aun cuando él no le violó, se quebrantó en él; y aun de este modo es de advertir, que el alma del niño incircunciso no ece justamente por alguna negligencia ó descuido propio que haya habido en él, sino por la obligación del pecado original.



CAPÍTULO XXVIII

De la mudanza de los nombres de Abraham y de Sara, y cómo no pudiendo engendrar por la esterilidad de la una y la mucha edad de ambos, alcanzaron el beneficio de la fecundidad.


·$ Hecha esta promesa tan grande y tan clara á Abraham, cuando dijo Dios expresamente: «te he hecho padre y cabeza de muchas gentes, y te multiplicaré grandemente; haré que salgan de ti muchas naciones y muchos reyes (cuya promesa vemos ahora que se cumpie en Cristo)»» de allí adelante, aquellos casados, marido y mujer, no los llama la Escritura como se llamaban antes, Abrán y Sarai, sino como nosotros los hemos llamado desde el principio, y así los llaman todos,