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La ciudad de Dios

tenían necesidad del humano refugio. Con todo, había ciertamente alguna cualidad en ellos, con la cual eran tan excelentes y notables, aunque en semejanza de hombres, que los que los hospedaban no podían dudar que en ellos estaba el Señor, como suele estar en los profetas; y por eso, en repetidas ocasiones, les hablaban en plural, llamándoles Señores, y algunas veces en singular, hablando con el Señor en ellos. Sin embargo, dice expresamente la Escritura que eran ángeles, no sólo en el libro del Génesis, donde se refiere esta historia, sino también San Pablo en su carta á los hebreos, donde elogiando la hospitalidad, dice (1): «que por este motivo algunos, ignorándolo, hospedaron á los ángeles». Prometiéndole, pues, nuevamente á Abraham aquellos tres varones un hijo en Sara, dice la divinapromesa asimismo de esta forma, hablando con Abraham (2): «Nacerá de él una nación grande y dilatada, y serán benditas en él todas las gentes de la tierra». Aquí también se le prometen aquellas dos cosas, brevísima y plenísimamente: la gente de Israel, según la carne, y todas las demás naciones, según la fe.



CAPÍTULO XXX

De cómo libro Dios & Lot de Sodoma, y asoló á los sodomitas con fuego del cielo.


Después de esta promesa, habiendo Dios librado á Lot de Sodoma, bajó del cielo una lluvia de fuego, y convirtió en cenizas y pavesas toda la región de aque(1) San Pablo, ep. á los hebreos, cap. XIII. Per hanc etiam quidam neacientes, hospitio receperunt angelos.

(2) Génesis, cap. XVIII, v. 18. Erit in gentem magnam, et multam, et benedicentur in eo omnes gentes terræ.