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San Agustín

al tiempo de regresar de Mesopotamia, y aquel ángel fué ciertamente figura de Cristo; porque el haber prevalecido Jacob contra él, que fué, sin duda, queriéndolo él, por figurar el misterio, significa la pasión de Cristo, donde, al parecer, prevalecieron contra él los judíos, y con todo, alcanzó la bendición del mismo ángel que había vencido. La imposición de este nombre fué, pues, su bendición, porque Israel quiere decir el que ve á Dios, lo cual vendrá á ser al fin el premio de todos los santos. Y el mismo ángel le tocó ó hirió en lo más ancho del muslo, y de esta manera le dejó cojo; así que, un mismo Jacob, era el bendito y el cojo: bendito, en los que del mismo pueblo creyeron en Cristo, y cojo, en los infieles que no creyeron; porque lo ancho del muslo es la multitud y multiplicación de su descendencia, y más son los que hay en dicha descendencia, de quienes proféticamente dice la Escritura (1) «que cojean y yerran, separándose de sus caminos y sendas».



CAPÍTULO XL

Cómo dice la Escritura que Jacob entró en Egipto con setenta.


y cinco personas, si muchos de los que refiere nacieron después que él entró.

Reflere la Escritura (2) que entraron en Egipto, en compañía de Jacob, setenta y cinco personas, inclusos él y sus hijos, en cuyo número se refieren solamente dos mujeres, la una hija, y la otra nieta; pero considerado atentamente, no parece que hubo tanto número (1) Salmo 17. Et claudicaverunt d semitis tuis.

(2) Génesis, cap. XLVI,