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San Agustín

la inmortalidad que á semejantes dioses, como por boca del sumo Dios les prometió Platón? ¿O dirán por yentura que esto no será así en los animales celestes, porque Dios no lo quiere, & cuya voluntad, como insinúa Platón, ninguna fuerza es superior? ¿Por qué causa no podrá hacer Dios esto mismo de los cuerpos terrestres?

supuesto que confiesa Platón que Dios es poderoso para hacer que las cosas que tienen ser por generación no mueran; que las que son compuestas no se disuelvan; que los que se tomaron de los elementos no vuelvan á ellos, y que las almas residentes en los cuerpos jamás los desamparen, gozando con ellos de la inmortalidad y de la eterna bienaventuranza. ¿Porqué motivo no será bastante poderoso para que tampoco mueran los terrestres? ¿O acaso no es tan poderoso Dios como creen los cristianos, sino cuanto quieren los platónicos? Porque, en efecto, ¿pudieron los filósofos, y no pudieron los profetas tener exacta noticia de la voluntad y poder de Dios, siendo antes al contrario, que á los Santos profetas los iluminó y enseñó el divino espiritu, para que manifestasen y publicasen su voluntad, en cuanto les concedió facultad para ello, y que á los filósofos, en tener noticia de ella los engañó la humana confianza?

Pero no fuera razón que se engañaran tanto, no sólo dejándose llevar de la ignorancia, sino también de la obstinación, de modo que se contradicen claramente á si mismos con grandes y prolijas disputas, afirmando, por una parte, que el alma, para que sea bienaventurada, no sólo debe huir del cuerpo terreno, sino de todo género de cuerpo, y asegurando, por otra, que los dioses disfrutan de almas beatísimas, y que, sin embargo, las tienen en cuerpos eternos, aunque los celestiales en cuerpos ígneos, y que el alma del mismo Júpiter, que quieren que sea este mundo, está inclusa ó encerrada por todos los elementos corpóreos de que consta toda