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La ciudad de Dios

bién casa de Dios es casa de David con respecto al linaje de David, é igualmente casa de Dios por el templo de Dios fabricado de hombres y no de piedras, donde habite para siempre el pueblo con Dios'y en su Dios, y Dios en el pueblo y. en su pueblo, de forma que Dios esté llenando a su pueblo y el pueblo lleno de su Dios, cuando Dios (1): «será todas las cosas en todos», y él mismo será el premio en la paz, como es la fortaleza en la guerra. Por eso, habiendo dicho en las palabras de Nathan: et enuntiabit tibi Dominus, quoniam domum ædiAcabis ipsi: «y te advierte el Señor que le has de edifi car una casa», dijo después David: quoniam tu Dominus omnipotens, Deus Israel, reoelasti aurem servi tui, dicens: domum ædificabo tibi: «porque tú, Señor Todopoderoso, Dios de Israel, revelaste al oído de tu siervo, diciendo que yo te había de edificar una casa», porque también nosotros vamos construyendo esta casa viviendo bien, y ayudándonos Dios para que vivamos bien, pues (2) «si el Señor no edificare la casa, en vano se cansan los que la edifican»». Cuando llegare el tiempo de la última dedicatoria de esta casa, entonces será lo que aquí dijo el Señor por medio de Nathan: «estableceré y señalaré también lugar á Israel mi pueblo y le plantaré para que habite y viva por sí (3), de manera que no se turbe ni inquiete más, ni los pecadores le afligirán más, como acostumbraban antes, desde el día que puse jueces so.bre mí pueblo Israel».

(1) San Pablo, I ep. á los Corinth., cap. XV.

Salmo 126.

(8) Lib. I, Regum., cap. VII. (Véase la Escritura con reflexión.) Tоио III.