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San Agustín

sus principios, sus fines llegaron á ser malos, porque las prosperidades, que suelen dar en qué entender á los más sabios, le dañaron mucho más que lo que le aprovechó su sabiduría, que en la actualidad, y en lo aucesivo es y será memorable y famosu, y entonces fué muy célebre y alabada por todo el mundo. También está averiguado que Salomón profetizó en sus libros, de los cuales tres están admitidos por canónicos, á saber: los Proverbios, el Eclesiastes y el Cántico de los Cánticos; los otros dos, el de la Sabiduría y el Eclesiástico, por la semejanza del estilo, comúnmente se atribuyen también á Salomón. Y aunque no dudan los más doctos que no son suyos, con todo, los ha recibido desde los tiempos más remotos por canónicos, especialmente la Iglesia Occidental; y en el uno de ellos, que se intitula La Sabiduría de Salomon, expresamente está profetizada la pasión de Cristo, haciendo mención de los impíos que le mataron, y diciendo (3): «Oprimamos al justo porque es desabrido para nosotros, y contradice lo que hacemos, y nos da en rostro con los pecados de la ley: divulga y manifiesta las culpas y desórdenes de nuestra vida, jáctase de que tiene noticia y ciencia de Dios, y llámase Hijo de Dios. Se ha hecho descubridor y reprensor de nuestros pensamientos, y no le pueden ya ver ni sufrir nuestros ojos, porque su modo de vivir es diferente del de los otros, y muy otro su instituto; nos tiene en opinión de falsos y adulterinos, y huye de nuestros caminos como de inmundicias; aventaja los extremos y fines de los justos, y gloríase que tiene padre Dios. Veamos si es verdad lo que dice, probemos á ver el suceso que tienen sus cosas, y sabremos en qué para su fin, porque si es verdadero hijo de Dios, le ayudará y libertará de los contrarios. Probémosle con de(1) Sap., cap. II.