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San Agustín

la cual, habiéndola sepultado, pensaba que la habían extraído de la sepultura: así también por la parte se entiende el todo, y diciendo la carne se entiende el hombre, como en los lugares que arriba hemos alegado. De modo que, tomando la Sagrada Escritura la carne en muchas significaciones, las cuales sería largo el quererlas buscar y referir, para que podamos sacar rastreando, y deducir qué cosa sea el vivir según la carne (lo cual sin duda es malo, aunque no sea mala la misma naturaleza de la carne), examinemos con particular cuidado aquel lugar de la epístola de San Pablo que escribió á los gálatas, donde dice (1): «las obras de la carne son bien notorias y conocidas; como son los adulterios, fornicaciones, inmundícias, lujurias, idolatrías, tósigos, enemistades, contiendas, competencias, iras, disensiones, bandos, envidias, embriagueces, glotonerías y otros vicios semejantes, de los cuales os advierto, como ya os tengo dicho, que los que cometen semejantes maldades no conseguirán el reino de los cielos».

Todo este lugar del apóstol, considerado con la madurez y atención correspondiente para el negocio presente, podrá resolvernos esta cuestión; qué es el vivir según la carne: porque entre las obras de la carne que dijo que eran notorias, y, refiriéndolas, las condenó, no sólo hallamos las que pertenecen al deleite de la carne, como son las fornicaciones, inmundicias, disolucionesembriagueces y glotonerías, sino también aquellas con que se manifiestan los vicios del ánimo que son ajenos del deleite carnal; porque ¿quién hay que ignore que la • (1) San Pablo, ep., á los Galat., cap. III. Manifesta autem sunt opera carnis, que sunt adulteria, fornicationes, immunditia, lururiæ, idolorum servitus, veneficia, inimicitie, contentiones, æmulationes, animositates, dissensiones, boereses, invidie, ebrietates, comessationes, et his similia: quæ prædico vobis, sicut et prædivi, quoniam qui talia agunt, regnum Dei non possidebunt.