Página:La ciudad de Dios - Tomo III.pdf/68

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
66
San Agustín

ni pone los ojos generalmente en toda la naturaleza humana, porque aunque es indudable (1), «que el cuerpo corruptible agrava y deprime el alma», y así también el mismo apóstol, tratando de este cuerpo corruptible, de quien poco antes había dicho (2) «que aunque este nuestro hombre exterior se corrompa, sin embargo, sabemos (dice) que si esta nuestra morada terrena en que ahora vivimos se deshiciese, que tenemos por la merced de Dios otra no temporal, ni hecha por mano de artífices, sino eterna en los cielos; porque esta es por la que también suspiramos, deseando vernos y abrigarnos en aquella nuestra mansión celestial, esto es, deseando vestirnos de la inmortalidad é incorruptibilidad, lo cual conseguiremos si no nos halláremos desnudos, sino vestidos de Cristo; porque entretanto que vivimos en esta morada suspiramos con el peso de la carne, pues no gustaríamos despojarnos del cuerpo, sino vestirnos sobre él de aquella gloria celestial, de manera que la vida eterna embebiese y consumiese, no el cuerpo, sino la corrupción y mortalidad»». Así, pues, nos agrava y oprime el cuerpo corruptible; pero sabiendo que la causa de este pesar no es la naturaleza ó la substancia del cuerpo, sino su corrupción, no querríamos despojarnos del cuerpo, sino llegar con él á la inmortalidad. Y aunque entonces será también cuerpo, como no ha de ser corruptible, no gravará. Por eso ahora agrava y oprime al alma el cuerpo corruptible, y esta morada nues(1) Sapient., cap. VI. Corpus corruptibile aggravat animam.

(2) San Pablo, ep. II á los Corinth., cap. IV y V. Etsi exte rior homo noster corrumpitur: scimus, quia si terrena nostra domus hujus habitationis dissolvatur, ædificationem habemus ex Deo, domum non manufactam aternam in calis, etenim in hoc ingemiscimus, habitaculum nostrum, quod de cælo est superindui cupientes: si tamen et induti, non nudi inveniamur. Etenim quandiu suAUS in hac habitatione, ingemiscimus gravati: eo quod nolumus spoliari, sed supervestiri, ut absorbeatur mortale á vita.