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San Agustín

ró esto, cuando añadió: «Porque diciendo unos, yo soy de Pablo, y otros, yo soy de Apolo, acaso no manifestáis que sois hombres». Lo que antes dijo, sois animales y sois carnales, más clara y expresamente lo dice aquí, sois hombres, que es vivir según el hombre y no según Dios, que si según él viviéseis, seríais dioses.



CAPÍTULO V

Que aunque es más tolerable la opinión de los platónicos que la de los maniqueos sobre la naturaleza del cuerpo y del alme, con todo, también aquellos son reprobados, porque las causas de los vioios las atribuyen á la naturaleza de la carne.


Así que en nuestros vicios y pecados no hay motivo para que acusemos con ofensa é injuria del Criador á la naturaleza de la carne, la cual en su orden y especie es buena; pero el vivir según el bien criado, dejando el bien, que es su Criador, no es bueno, ya elija uno vivir según la carne, ó según el alma, ó según todo el hombre que consta de alma y carne, que es por donde le podemos llamar también con solo el nombre del alma, y con solo el nombre de la carne. Porque el que estima como sumo bien á la naturaleza del alma y acusa como mala á la naturaleza de la carne, sin duda que carnalmente ama al alma, y que carnalmente aborrece á la garne; pues, lo que siente, lo siente con vanidad humana y no con verdad divina. Y aunque los platónicos no procedan con tanto error como los maniqueos, aborreciendo los cuerpos terrenos como á naturaleza mala, supuesto que atribuyen todos los elementos de que este mundo visible y espectable está compuesto, y todas sus cualidades á Dios como á su verdadero artífice, con