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San Agustín

dice que se entristeció Pedro porque, tercera vez le preguntó si le amaba». Habiendo dicho el Señor, no tres veces sino una, «¿me amas?» y dos veces «¿me quieres?» se da á entender claramente que cuando asimismo decía el Señor me quieres?» no decía otra cosa que «¿me amas?» Pero San Pedro no mudó la palabra de su interior sentimiento, que era una misma, sino que también tercera vez respondió: «Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo». He dicho esto, porque algunos piensan que una cosa es la dilección ó caridad, y otra el amor, pues dicen que la difección debe tomarse en buen sentido 3 el amor en malo: sin embargo, es innegable que ni aun los autores profanos han usado de esta distinción, y, así, adviertan los filósofos si ponen diferencia en esta expresión, ó cómo la ponen, en atención á que sus libros con bastante claridad nos insinúan cómo estiman y aprecian al amor en buena parte, y para con el mismo Dios; sin embargo, fué necesario manifestar cómo las escrituras de nuestra santa religión, cuya autoridad anteponemos á otra cualesquiera literatura ó ciencia, no constituyen diferencia entre el amor y la dilección ó caridad, porque ya hemos demostrado cómo también el amor ae dice en buen sentido. Mas porque ninguno imagine que el amor se dice en buena y en mala parte, y que la dilección no, sino en buena, advierta lo que dice el real profeta: «quien pone su dilección ó cariño en la iniquidad, aborrece á su alma» (1); y el apóstol San Juan: «si alguno pusiere su corazón y dilección en el mundo, en este tal no hay dilección y caridad de Dios.» Y ved aquí en un mismo lugar la dilección en bueno y en mal sentido, y que el amor se tome en malo, porque en bueno ya le hemos demostrado, lean lo que dice la Sagrada Escritura: «serán enton(1) Salmo 10, Qui autem diligit iniquitatem, odit animam suam.