el parabién de que se hubiesen melancolizado haciendo penitencia, y semejante tristeza no la puede haber sino en los que pecaron; porque dice así (1): «veo que aquella carta, aunque sólo por algún tiempo, os entristeció; pero ahora me lisonjeo y lleno de placer, no porque os habéis melancolizado, sino porque os habéis entristecido para hacer penitencia; pues os habéis contristado según Dios, de manera que por mí no oa ha venido ningún daño á detrimento, porque la tristeza que es según Dios, causa en el hombre para su salud espiritual una penitencia y arrepentimiento inarrepentible; pero la tristeza del mundo motiva la muerte, porque ya veis como esto mismo que es entristecerse según Dios, cuánta solicitud y cuidado pone en nosotros.» Y eonforme á esta doctrina pueden los estoicos responder por su parte que la tristeza parece muy útil para que se duelan y arrepientan de su pecado, y que en el ánimo del sabio no puede haber causa, porque no hay pecado cuyo arrepentimiento le cause tristeza, ni puede existir algún otro mal cuya pasión y dolor le constituya en el estado meláncolico; porque aun de Alcibiades refleren (si no me engaña la memoria en el nombre de la persona), que creyendo era bienaventurado, y oyendo los discursos é instrucciones de Sócrates, quien manifestóle que era miserable por ser necio é ignorante, se cuenta, digo, que lloró. Así que la ignorancia y estolidez fué aquí la causa propia de esta (1) San Pablo, II ep. á los Corint., cap. VII. ait: Video, quod epistola illa, et si ad horam contristavit vos; nunc veró gaudeo, non quia contristati estis, sed quia contristati estis ad pœnitentiam: contristati enim eatis secundum Deum, ut in nullo detrimentum patiamini ex nobis. Quae enim secundum Deum est tristitia, pænitentiam in salutem impenitendam operatur; mundi autem tris tilia mortem operatur: ecce enim id ipsum secundum Deum contristari! quantam perficit in nobis industriam!
