dice Santiago (1): «estimad por sumo contento cuando os vieseis afligidos de varias tentaciones». Y no sólo por sí propios se mueven con estos afectos, sino también por las personas que desean eficazmente que se salven, temen que se pierdan, sienten entrañablemente si se pierden, y se alegran sobremanera si se salvan: porque tienen puestos los ojos en aquel santo y fuerte varon (2) que se gloría en sus dolencias y aflicciones (por remitirnos los que hemos venido á la iglesia de Jesucristo de en medio de los gentiles á aquel que es con especialidad doctor de las gentes (3) por lo respectivo á la fe y á la verdad (4), el cual trabajó más que todos sus compañeros los apóstoles, y el que con más cartas instruyó al pueblo de Dios, no sólo á los que veía presentes, sino también á los que antevía que habían de venir, porque tenían, digo, puestos los ojos en aquel San Pablo, campeón y atleta de Jesucristo, enseñado é instruido por el mismo Salvador, ungido por él, crucificado con él, glorioso y triunfante en él, á quien en el teatro de este mundo, donde vino á ser «un espectáculo de los ángeles y de los hombres» (5), le miramos con vista apacible y placentera, y con los ojos de la fe, como legítimamente combate en el gran negocio, certamen ó principal empresa, «prosiguiendo (6) en demanda de la palma y gloria de la soberana vocación, y caminando siempre adelante», viéndole cómo «se alegra con los alegres y llora con los que lloran» (7), como afuera pa(1) San Jacob in sua ep., cap. I. Omme gaudium existimate, fratres mei, cum in tentationes varias incideritis.
(2) San Pablo, I, ep. á los Corinth., cap. XII.
(8) San Pablo, I., ep. á Timoth., cap. II.
(4) San Pablo, I, ep. & los Corinth., cap. V.
(5) (6) San Pablo, I. ep. á los Corinth., cap. IV.
San Pablo, ep. á los Philip., cap. III.
San Pablo, ep. á los Roman., cap. XII.
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