Página:La música como develadora del sentido del arte en Marcel Proust.djvu/111

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autocontemplación del arte y la posibilidad del saber del modo de ser del arte, a propósito del estudio de héroe en el piano de Tristán. Y es así: Vinteuil se esfuerza por descubrir lo desconocido, pero para ello se interroga a sí mismoy, “con todo el poder de su esfuerzo creador, llegaba a su propia esencia en esas profundidades donde a cualquier interrogación que se ¡e haga, responde con el mismo acento, el suyo propio" (V, 275), (lll, 256). Vinteuil descubre su propia esencia de músico y en su espíritu, responde con su propia forma de sentir Ia música. Su acento único proviene de su interrogación a las profundidades de su espíritu, en las que el que interroga yel que responde son el mismo, en dos aspectos distintos. Este saber del músi_co como músico es la plenitud del esfuerzo creador y el descubrimiento del modo propio de ser de Ia música, y Ia posibilidad de que la música, revele así, a sus oyentes artísticos (como el héroe, quien aprovechará más tarde esta revelación de la música) el significado y función del arte en general y su relación con el tiempo y la condición del hombre. El saber comunicable del arte que Proust asigna a la música, se concreta en la función reveladora que le ha atribuido desde la primera audición de la sonata de Vinteuil. Sin embargo, no parece que este saber musical privilegiado anule lo que la música y el arte tienen de inspiración. Es más bien hasta dónde puede llegar el esfuerzo humano en la exploración de lo que no conoce, pero persisten en la música y en ei espíritu las zonas obscuras y misteriosas y la fragilidad, fugacidad e intermitencia en su recepción, insuperables ontoiógicamente, pues dependen de Ia condición humana en el tiempo. El máximo esfuerzo de Vinteuil que trae esta conciencia es una aproximación yemerge como una últimaysuperior mirada, ante la obra ya realizada. Vinteuil queda por esta autoconciencia, que traduce en acento musical, distinguido del acento de los demás músicos, por una diferencia mucho mayor que la que percibimos entre Ia voz de dos personas, y hasta entre los sonidos producidos por dos especies animales. Esta autoconciencia corresponde al yo creador y no al yo superficial, pues no recurreia las formas analíticas del razonamiento. O, dicho en términos más proustianos, al yo más creador entre sus yoes creadores, al yo referido a lo extratemporal. La pregunta de las eternas investigaciones de Vinteuil parece ejercerse en el "mundo de los ángeles", y podemos medir su profundidad, 112 clásico-romántica. Este aporte proustiano ya ha aparecido como la