Página:La música como develadora del sentido del arte en Marcel Proust.djvu/112

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desencarnados cuando evocados por un médium, los interroga éste sobre los secretos de la muerte" (V, 275), (Ill, 256). La música es comunicación artística e intraducible de la. dimensión metafísica-del hombre. Se enlazan aqui’, el motivo de la comunicación musical, el motivo mediúmnico, antes asociado con el intérprete creador y que ahora aparece con respecto al autor, y el motivo de la dimensión metafísica de la música. Hay que reparar en que, en consideración del carácter hipotético con que Proust presenta esta dimensión metafísica,-se llaman eternas a las investigaciones de Vinteuil, es decir, a sus preguntas, como si permanecieran siempre interrogantes que nunca fueran respondidos definitivamente. Comosi esa- indagación estuviera necesariamente en el modo de ser de la música y del hombre. Por otra parte, se insiste en la intraducibilidad al lenguaje humano de estas interrogaciones musicales, lo que también nos lleva a la necesidad deotro arte del lenguaje, que pueda fijar, las impresiones que la música sinteti-za. Pero, más adelante, aparece la tesi: proustiana metafísica más fuerte en toda Ia Recherche: "es sin duda, un acento único al que se elevan, al que vuelven sin querer esos grandes cantores que son los músicos originales y que‘ es una prueba de la existencia irreductiblemente individual del alma” (V, 276), (lll, 256). Sabemos que no es posible la ficciónde un almatotal desde "las intermitencias del corazón”, pero existe como aquello individual de donde emerge lo virtual y la prueba de ello -no es posible dudar de que la música sea la mensajera metafísica de las artes- la aprehende el héroe de la audición de una composición musical y es esta misma composición musical. Entre las diferentes cosas que Vinteuil trata de hacer se encuentra ”lo que veía embellecido al reflejarse en el espíritu de su público", lo que establece una relación musical entre autor y público, que es una comunicación de espíritu a espíritu y de retorno al autor por creación del público de las impresiones de su lectura. Pero sin quererlo, Vinteuil componia todo lo que hiciese en el terreno de lo alegre, con su "canto eterno e inmediatamente reconocible". Pero este canto diferente, se pregunta el narrador: ¿de dónde proviene, dónde fue aprendido, dónde fue escuchado? La respuesta proustiana es que el artista es el ”ciudadano de una patria desconocida, por él mismo olvidada, diferente de donde vendrá, aparejando con destino a la tierra, otro gran artista" (V, 276), (lll, 257). Este origen espiritual y metafísico con resonancia platónica de cada artista, no impide, como 113 pero no traducirla al lenguaje humano, “como no pueden hacerlo los espíritus