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Página:La música como develadora del sentido del arte en Marcel Proust.djvu/134

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por el proceso de elaboración metafórica, originado en la preservación de la memoria, puesto que esto no ha de ocurrir nunca. Pero si en cambio, lo que se entiende, para estas impresiones, es que puedan aparecer en la obra literaria, sin explicación y aún sin comprensión o conocimiento alguno, como un estrato más que alcanza a esbozar el equivalente espiritual de la obra artistica, la respuesta es positiva yse incluye en la concepción de la novela catedral de El tiempo recobrado. Y esto no puede ser de otro modo, porque es por la obra literaria que nos enteramos de su existencia y de ese nivel más alto, que no puede comprenderse desde la obra literaria, ni quizás desde ninguna otra manera, al que accede la música de Vinteuil. El texto, justamente, concluye con una relación entre música y literatura. La prueba más auténtica del genio no es el contenido de la obra misma sino la cualidad desarrollada de un mundo único, que ningún otro músico ha podido revelar y esto ocurre también en la literatura. La monot m ía de la obra de Vinteuil se compara con los grandes escritores, que no han hecho más que una sola obra o que han presentado de diversas maneras una misma belleza, hasta entonces desconocida. Y el héroe coteja las frases tipo de Vinteuil y la unidad artistica de toda su obra, con equivalentes en Barbeyd’Aurevilly, en Thomas Hardy, en Stendhal, en Dostoyevski, en Tolstoi y, en pintura, con su dilecto Vermeer (V, 407—413),(ll|, 375-381). Pero mientras el héroe explica las verdades que sobre el alma humana descubren los personajes de Dostoyevski, y su presentación de estos personajes, no por la causa, según el orden lógico, sino por el efecto, la ilusión que nos impresionó, como el pintor Elstir y como Mme. de Sévigné, comienza a sentir ciertas dudas que muestran el carácter hipotético constante de su reflexión metafísica de la música. Piensa en Vinteuil, pero en relación con la otra hipótesis, la materialista de la nada (V, 414), (lll, 381). Del hecho de que las frases de Vinteuil pudieran parecer la "expresión de ciertos estados del alma análogos a los que sentí saboreando la magdalena mojada en la taza de té”, nada le aseguraba que fuera legítimo inferir de la vaguedad de tales estados, una prueba de su profundidad y que, en cambio, podría concluirse solamente que todavía no habíamos sabido analizarlos, y por tanto, que no tenian más realidad que otros estados. A este argumento el héroe contrapone que la felicidad y el sentimiento de certidumbre cuando tomaba la taza de té jo cuando respiraba en los Campos Elíseos, no eran una ilusión, sino una 135 fijadas? La respuesta parece ser que no, si por fijadas se entiende que han pasado