Página:La música como develadora del sentido del arte en Marcel Proust.djvu/135

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estados en la vida, con respecto a otros y su: carácter inanalizable, "porque ponen en juego demasiadas fuerzas de las que todavía no nos hemos dado cuenta”, el acento de la frase de Vinteuil, se asocia a estos estados porque es también inanalizable, pero esto no demuestra que tenga la misma profundidad. Como se advierte, Proust cuestiona aquí, primero la. mayor profundidad de las experiencias del tipo de la magdalena, y en segundo lugar, la conexión fundamental música- impresiones-raminiscencias que sostiene el significado y la función del arte. Y argumenta para la segunda cuestión nuevamente: la belleza de una frase musical, "parece fácilmente la imagen o, al menos, la pariente de una impresión inintelectual que hemos tenido, pero simplemente porque es inintelectual". Pero entonces, surge una nueva experiencia y una creencia basada sobre ella en respuesta: es nuestra creencia en el carácter especialmente profundo de ciertas frases obsesivas de algunos cuartetos y en "aquel concierto de Vinteuil". Como se ve, Ia argumen- tación se apoya fundamentalmente, en expresiones musicales, pero no despeja completamente la duda, no tanto en la conexión música y experiencias de reminiscencias e impresiones, sino sobre Ia prueba que el arte y, fundamentalmen- te la música, puede ofrecer de la existencia espiritual del alma y, más aún, de su inmortalidad. Pero hay también una relación de la música con el presentimiento de la muerte de Albertina. La semejanza entre el "zureo de las palomas” y el "canto del gallo" era tan profunda y obscura, como la de algunos motivos del septeto de Vinteuil. El canto delas palomas: experiencia. Pero de nuevo la dudaargumenta. Si se admite la profundidad de esos elevaba hacia el cielo, que no ascendía verticalmente, sino que acompasado como el rebuzno de un asno, envuelto de dulzura, iba de una paloma a otra en una misma línea horizontal, nunca se levantaba, nunca transformaba su queja lateral en aquella gozosa llamada quetantas veces habían lanzado el allegro de la introducción y el final (V, 434), (lll, 400-401). . . .era una especie de canto de gallo en tono menor que no- se héroe asociaciones con la muerte, aunque sólo más tarde pensará, como en Manón 136 Este "zureo de las palomas" que no lleva su queja a la alegría produce en el