espíritu. En suma, tanto" en un caso como en otro, trátese de impresiones como la que me produjo ver los campanarios de Martinville, o de reminiscencias como la dela desigualdad de las dos losas o el sabor de Ia magdalena, había que procurar interpretar las sensaciones ‘como los signos de tantas leyes yde tantas ideas, intentar pensar, es decir hacer salir de la penumbra lo que había sentido, convertirlo en un equivalente espiritual. Ahora bien, este medio que me parecía el único, ¿qué otra cosa es que hacer una obra de arte? (Vll, 226), (lll, 878-879). entrado por los sentidos, pero en la que podemos encontrar el de signos ‘en relieve, "que mi atención explorando mi inconsciente, iba a buscar, chocaba con ellos, los contorneaba, como un buzo” (Vil, 227), (Ill, 879), requiere una lectura para la que no hay regla alguna, pues consiste en un acto de creación personal. Y no hay temas profundos, el arte reconstruye exactamente la vida desde verdades halladas en nosotros mismos y al asignar y restituir el sentido a los menores signos que nos rodean. En oposición las verdades de la inteligencia carecen de profundidad porque no han sido recreadas. Y sin embargo, como las impresiones que nos traen fuera del tiempo la esencia común, son raras eintermitentes, no puede conformarse sólocon ellas la obra de arte. De ahí que las verdades de la inteligencia referidas a las pasiones, a los caracteres, a las costumbres se incorporen como materiales de la obra literaria y sean, en rigor, la vida pasada del héroe. De modo que esta vida podía y no podía ser caracterizada como una vocación. No podia puesto que la" literatura no había desempeñado ningún papel en ella; y podia porque recuerdos, signos e ideas de la inteligencia constituirían el material de la obra literaria. Por eso: Mientras que el libro interior de signos desconocidos se compone al parecer única vida, por lo tanto, realmente vivida es la literatura; esa vida que, en cierto sentido, habita a cada instante en todos los hombres tanto como en el artista. Pero no la ven porque no intentan esclarecerla. Y por eso su pasado esta lleno de innumerables clichés que permane- cen inútiles porque lainteligencia no los ha "desarrollado". Nuestra La verdadera vida, la vida al fin descubierta y dilucidada, la 149
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