Página:La música como develadora del sentido del arte en Marcel Proust.djvu/152

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902). cidos la había consumado yo mismo antes que ellos (VII, 254), (III, pasado y no puede ofrecer nunca la esencia de las cosas, ya que ésta es en parte subjetiva y constituida en el tiempo por nuestro espíritu. Así no puede comprender que la división del amoren diversos seres concluya en una ley psicológica general sobre el amor. Los amores desgraciados de la obra presagian fatalmente otros, por lo que la vida se parece a la obra (VII, 256), (Ill, 904). Los escritores son como los buscadores de lo que se repite y los que poseen el sentimiento de lo general. Acusados de distracción, recuérdese a Bergson, reparan en el acento con que fue dicha una frase y en la expresión del rostro de una persona de la que puede no saberse más nada. Y todo porque aquel acento, el 4 scritor Io había oído ya o podía volver a oírlo, pues sentía que era algo duradero: El arte imitativo corta toda comun ¡cación entre nuestro yo presente y nuestro locos que sean al repetir como ¡oros lo que dicen personas de carácter semejante, se han constituido así en pájaros profetas, y portavoces de una ley psicológica. Sólo recuerda Io general (VH, 251-252), (III, 900). Pues sólo ha escuchado a los demás cuando, por tontos o por criaturas individuales, en esencias generales, hace reaparecer y j ustificar el método de Proust, que hemos estudiado, para la relación modelo-personaje. La obra del escritor no es otra cosa que un instrumento de óptica que ofrece a su lector, en rigor lector de si mismo, para que éste pueda descubrir lo que sin la obra no hubiese encontrado en si mismo. El reconocimiento del lector en el libro es la prueba de su verdad y la diferencia entre el texto del autor y el texto del lector es la responsabilidad de la libertad del último (VII, 264), (lll, 911). Por otra parte, también enfoca Proust Ia relación materia y espíritu, tan problemática para el siglo XIX, con el idealismo y el materialismo. La cuestión principal es, para Proust, el modo de llegar las impresiones al espíritu, dada la heterogeneidad de materia y espíritu. Puesto que, como sabemos, una vez que las impresiones llegan al espíritu, éste las hace suyas y las conforma según su propia 155 Y este sentido de lo general, que lleva a subsumir a los personajes, a las