ser solamente subjetivo, se impone a Swann "con la realidad superior de las cosas concretas”. Nueva_advertencia de un modo de ser artístico independiente y superior a la realidad. Lo imaginario se despliega en el amor y en el arte, pero sólo en el arte pertenece a un orden superior, a una ”patria desconocida”. ‘Pero la frase sólo invita, no da soluciones artísticas a quien tiene que descubrirlas por sí mismo (confrontar "Prólogo” a Sesamo y lirios, reproducido en "Jornadas de lectura")? Swann experimenta en la música una ilusión que no puede saciar, cuando en rigor, existiría una forma de satisfacerla por el trabajo artístico sobre sí mismo, y cree |ograr__ su ilusión en el amor, donde nunca podrá conseguirlo, pues la felicidad sólo existe como origen del deseo y no como su consumación, de acuerdo con Ia doctrina que expone El tiempo recobrado. Los años felices del amor no son artísticos, como la "conciencia feliz ” hegeliana de los años felices _no da frutos al espíritu. Es así que "la goma de borrar" de la frase limpiaba el alma de Swann de intereses materiales, consideraciones humanas y cotidianas, pero como estos vacíos no lo llevaban a la exploración del gran vacío que atesora recuerdos, a su memoria, quedaba en libertad para inscribir en ellos el nombre de Odette. Pero el placer de la música se convierte para Swann en una necesidad, en una obsesión, pues por una trasposición del arte al amor, es él, que desde la misteriosa esencia de la frase, infunde a Odette, todo lo que ésta no posee y transfigura lo que el amor de Odette podía tener de falso, vano y pobre: con lo que los otros pueden percibir. Y, en cambio, el placer de la frase, en vez de dicho que estaba absorbiendo un anestésico que le ensanchaba ¡a respiración. Y, en efecto, el placer que le proporcionaba la música, y que pronto sería en él una verdadera necesidad, se parecía a aquellos momentos de placer que había sentido respirando perfu- mes, entrando en contacto con un mundo que no está hecho para nosotros, que nos parece informe porque no le ven nuestros ojos, y sin significación porque escapa a nuestra inteligencia y sólo le percibimos por un sentido único. Gran descanso, misteriosa renova- ción para Swann -que en sus ojos, aunque eran delicados gustadores de la pintura, y en su ánimo, aunque era fino observador de Y al mirar el rostro que ponía Swann cuando la oía, hubiérase 33
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