riciones de motivos musicales. Y esto corresponde a la armonía clásico romántica y ala extensión wagneriana de la lógica sinfónica a la orquesta tradicional de ópera. La música es muy diferente de la compañía de cualquier mujer, pues nos ayuda a entrar en nostros mismos y a descubrir en nosotros algo nuevo. Es la variedad que vanamente hemos buscado en la vida y en los viajes. Proust, de los desarrollos músicales y de las apariciones, desapariciones y reapa- nosotros la composición de la luz, la armonia de Wagner, el color de un E lstir nos permiten conocer esa esencia cualitativa de las sensacio- nes de otro en las que el amor a otro no nos hace penetrar. Diversidad también dentro de la obra misma por el único medio que hay de ser efectivamente diverso: reunir diversas individualidades. Alli donde un músico cualquiera pretendería que pinta un escudero, un caballe- ro, cuando les hace cantar la misma música, Wagner por el contrario, pone bajo cada denominación una realidad diferente, y cada vez que aparece su escudero es una figura particular, a la vez complicada y simplista, que con un entrechoque de lineas, jocundo y feudal se inscribe en la inmensidad sonora. De aqui la plenitud de una música llena, en efecto de tantas músicas cada una de las cuales es un ser. Un ser o la impresión que da un aspecto momentáneo de la naturaleza. Hasta lo que en ella es más independiente del sentimiento que nos hace experimentar conserva su realidad exterior y perfectamente definida; el canto de un pájaro, el toque de cometa de un cazador, el son que toca un pastor con su flauta, perfilan en el horizonte su silueta sonora. Cierto que Wagner iba a acercase a ella, a apoderarse de ella, a hacerla entrar en una orquesta, a someterla a las más altas ideas musicales, pero respetando, sin embargo su originalidad prime- ra como un tallista las ‘fibras, la esencia especial de la madera que esculpe (V, 170-171), (Ill, 159-160). Proust resalta, pues, una doble diversidad en la música wagneriana. En primer lugar, la diversidad de la individualidad que nos permite penetrar. en- otro mundo, distinto del nuestro, y descubrir su esencia cualitativa. La única comuni- 82 Diversidad doble lo mismo que el espectro exterioriza para
Página:La música como develadora del sentido del arte en Marcel Proust.djvu/81
Apariencia